Boston anunció recientemente un plan para toda la ciudad que, de aprobarse, eliminaría el uso de combustibles fósiles en nuevas construcciones y grandes proyectos de renovación. Esta medida amplía el compromiso de promulgar la acción climática y hacer de Boston una ciudad Green New Deal. Otras ciudades estadounidenses como Nueva York, Los Ángeles, San José, Seattle y Berkeley han impuesto medidas similares en los últimos años. Siete ciudades europeas (Bilbao, Bratislava, Dublín, Múnich, Róterdam, Viena y Winterthur) también han desarrollado un proyecto para eliminar los combustibles fósiles de la calefacción y refrigeración urbanas.
El uso in situ de combustibles fósiles en edificios representa más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en Boston, según el comunicado de prensa del ayuntamiento. Esto contribuye no solo al cambio climático global, sino también a la contaminación del aire local, que afecta de manera desproporcionada a las comunidades de bajos ingresos. Cambiar a una vivienda libre de combustibles fósiles brinda beneficios a largo plazo, como una mejor calidad del aire, reducción de las emisiones de carbono y un mayor confort térmico, añadiendo un aumento mínimo o nulo según la investigación. Si se aprueba, este programa piloto permitirá a la ciudad de Boston fortalecer el conjunto de políticas climáticas, que también incluyen planes para usar electricidad en la flota de transporte público de la ciudad, aumentar la instalación de paneles solares y reducir el desperdicio de alimentos mediante la implementación de un programa de recolección.
La implementación de regulaciones ambientales significativas nos impulsará hacia nuestra meta de carbono neutral para 2050 y la participación de Boston en este piloto nos brindará la oportunidad de demostrar que la energía limpia puede ser accesible y asequible a gran escala. - Concejala de Boston Kendra Lara
El año pasado, el Concejo de la Ciudad de Nueva York llegó a un acuerdo para prohibir el uso de gas en edificios nuevos, requiriendo que la mayoría use calefacción y agua caliente que funcionen con electricidad. Sin embargo, se permiten algunas excepciones por un período de tiempo limitado. La medida también permite el uso limitado de combustibles fósiles en edificios nuevos siempre que no se utilicen para calefacción o agua caliente. Los Ángeles también aprobó una medida similar a principios de este año, uniéndose a otras 50 ciudades de California. La mayoría de estas resoluciones incluyen un cronograma de cumplimiento gradual para diferentes tipos de edificios.
Las ciudades de toda Europa también están abordando el problema del cambio climático y el acceso limitado a los recursos. Las ciudades de Bilbao, Bratislava, Dublín, Múnich, Róterdam, Viena y Winterthur se han unido al proyecto H2020 Decarb City Pipes 2050. El plan crea hojas de ruta diferenciadas para la descarbonización de la calefacción y la refrigeración de los edificios. Al unir fuerzas, las ciudades participantes esperan aprender unas de otras, generar confianza con las autoridades locales y elaborar iniciativas exitosas. Dado que aproximadamente la mitad del consumo final de energía de la UE está relacionado con la calefacción y la refrigeración, iniciativas como estas son cruciales para que los países de la UE cumplan sus objetivos climáticos y energéticos prometidos.